Trastorno de la Ansiedad
- Spring Steps
- 4 sept 2020
- 6 Min. de lectura

La ansiedad es una emoción que todo el mundo ha experimentado en algún momento y que ayuda al organismo a prepararse. Produce una reacción psico-fisiológica de activación intensa del sistema nervioso central y de todo el organismo. Aparece cuando se ha de actuar en una situación de amenaza o peligro que está ocurriendo en el presente o que puede pasar en el futuro.
La ansiedad es una reacción normal y saludable en la mayoría de los casos, cuando esta empieza a interferir en la rutina de las personas, así como en su funcionalidad, es cuando es importante buscar ayuda profesional para descartar si puede ser un trastorno de la ansiedad.
Con frecuencia, en los trastornos de ansiedad, se dan episodios repetidos de sentimientos repentinos de ansiedad intensa y miedo o terror que alcanzan su máximo en cuestión de minutos. Quizá la manifestación más frecuente de un trastorno de ansiedad en niños y adolescentes sea el rechazo a ir a la escuela. El temor real a la escuela no suele ser tan común. Es probable que la mayoría de los niños que se niegan a ir a la escuela presenten ansiedad por separación, trastorno de ansiedad social, trastorno de pánico o una combinación. Algunos tienen una fobia específica. Asimismo, debe considerarse la posibilidad de que el niño esté siendo acosado.
Algunos niños se refieren directamente a su ansiedad y la describen en términos de preocupaciones, por ejemplo, “Quiero estar con mi mamá”, “Extraño a mi papá” (ansiedad por separación) o “ No me gusta que se rían de mí”; (trastorno de ansiedad social). Sin embargo, la mayoría de los niños expresan sus molestias en términos de síntomas somáticos: “No puedo ir a la escuela porque me duele la cabeza”. A menudo, estos niños están diciendo la verdad, porque la ansiedad suele acompañarse de malestar gástrico, náuseas y dolor de cabeza.
Estos síntomas físicos de ansiedad son la consecuencia de la respuesta de “lucha o huida”. Se trata de la respuesta normal del cuerpo ante el peligro. Esta respuesta desencadena la liberación de sustancias químicas naturales en el organismo que nos preparan para afrontar un peligro real y pueden afectar la frecuencia cardíaca, la respiración, los músculos, los nervios y la digestión. Se trata de una respuesta cuyo objetivo consiste en protegernos del peligro. Pero en los trastornos de ansiedad, la respuesta de “lucha o huida” es excesiva ya que no hay peligro real.
Los niños y los adolescentes pueden tener varios tipos distintos de trastornos de ansiedad, entre los más comunes se encuentran:
Trastorno de ansiedad por separación: Es el miedo o ansiedad intensos y persistentes, referentes al hecho de tener que separarse de aquellas personas por las que siente apego. Incluso cuando se hacen mayores, los niños con este trastorno se ponen muy ansiosos cuando se tienen que separar de sus padres o tienen que salir de casa. Pueden perder muchos días de clase, decir que tienen malestares físicos o llorar para evitar el evento que le genera malestar. En su casa, pueden tener dificultades para conciliar el sueño o para dormir estando solos.
Fobia Específica: Es normal que a un niño pequeño le asuste la oscuridad, los monstruos, animales de gran tamaño o ruidos fuertes, como los de los truenos o los fuegos artificiales. La mayoría de las veces, cuando un niño tiene miedo, los adultos lo pueden ayudar a sentirse seguro y tranquilo pero, una fobia es un miedo más intenso, extremo y duradero ante una cosa específica. En una fobia, el niño siente terror ante la cosa temida y trata de evitarla. Si está cerca de lo que teme, se siente aterrado y resulta muy difícil consolarlo y tranquilizarlo.
Trastorno de ansiedad social (Fobia social): Es un miedo o ansiedad intenso que aparecen en relación a una o más situaciones sociales, que puede producirse al relacionarse con individuos de su misma edad, y no únicamente en la interacción con adultos. La fobia social puede hacer que niños o adolescentes eviten ir a la escuela o ver a sus amigos. Por ejemplo, pueden notar que se les acelera el corazón, les falta la respiración, estar nerviosos e inquietos, entre otras.
Trastorno de ansiedad generalizada: Hace referencia a la ansiedad o preocupación excesiva que se produce cuando en un periodo de tiempo de seis meses, es más lo que se ha estado ansioso que lo que no. Los niños con este trastorno también se preocupan por cosas cuyos padres pueden no considerar que sean motivo de preocupación. Por ejemplo, les puede preocupar la hora del recreo o la del almuerzo, las fiestas de cumpleaños, quedarse a jugar con sus amigos o el trayecto en autobús. Y en lo que respecta a sus seres queridos, les puede preocupar su seguridad, que enfermen o que se hagan daño.
Fobia Escolar: Se trata de la incapacidad total o parcial del niño de acudir al colegio, como consecuencia de un miedo irracional a algún aspecto de la situación escolar.
Con el paso del tiempo y la cooperación de diferentes investigaciones se han podido puntuar varias posibles causas referente a la ansiedad y su posible origen. Entre ellas se encuentra la genética, que se da cuando un miembro de la familia ha sido diagnosticado con un trastorno de ansiedad, entonces se dice que el niño tiene más posibilidad a padecerlo. Los niños pueden heredar genes que los hacen más propensos a la ansiedad. Otra posible causa es la química cerebral. Se ha investigado que los genes ayudan a dirigir la forma en que funcionan las sustancias químicas que hay en el cerebro (llamadas neurotransmisores). De no existir un equilibrio en estas sustancias químicas específicas, o de darse un funcionamiento inadecuado, se puede dar la aparición de la ansiedad.
Así mismo, podemos hablar de aquellas fobias que se relacionan a situaciones de la vida que puede dificultar la misma, por ende, crear traumas en el niño y dificultar el desarrollo esperado para la edad. Estas situaciones pueden ser estresantes y difíciles de afrontar como por ejemplo: una pérdida, una enfermedad grave, la muerte de un ser querido, violencia o los malos tratos. Todas estas acciones pueden hacer que algunos niños, al no tener las habilidades para afrontarlas, sean más propensos a ser ansiosos.
Por último, están las conductas aprendidas, estas se pueden dar por modelaje, ya que si un niño está en constante cercanía con una persona con miedos o preocupaciones extremas puede hacer que el niño a lo largo del tiempo repita estas conductas no adecuadas como propias.
Es muy importante que se realice un diagnóstico adecuado para poder darle al niño las herramientas que realmente requiere. Spring Steps es una empresa muy responsable a la hora de emitir estos diagnósticos, y por ello, desde el área de la psicología infanto-juvenil, se trabaja en el diagnóstico y la terapia de este trastorno. La terapia se inicia con una entrevista a los padres o personas que viven con el niño o adolescentes para lograr percibir de una manera más amplia síntomas o signos que ellos puedan estar observando. Seguidamente, se entrevista al menor y se realizan varias pruebas, que toma en cuenta a los padres para conocer su perspectiva de afectación en la vida del niño. Por lo general también en estos casos, es relevante conocer la perspectiva que tiene la escuela en el comportamiento del niño por lo que se puede necesitar realizar una reunión con ellos. Las observaciones de los padres y los docentes, facilitan un buen pronóstico.
En Spring Steps se trabajan los trastornos de ansiedad con terapia cognitivo-conductual. Este tipo de terapia ayuda a los padres a mejorar la respuesta cuando sus hijos están ansiosos. Así como a los hijos en edad infantil o adolescentes, a aprender a gestionar de una manera adecuada las preocupaciones, miedos y ansiedad. Este tipo de terapia enseña a los niños, por medio de herramientas y habilidades, que lo que piensan y lo que hacen afecta el cómo se sienten. Los niños aprenden que, cuando evitan lo que temen, sólo están reforzando o afianzando sus miedos. Aprenden que, cuando enfrentan un miedo, ese miedo se debilita y puede desaparecer.
Son varios los tipos de trastornos de ansiedad, así como es el nivel de intensidad que puedan presentar. Sea cual sea, o el nivel que tengan, todos merecemos vivir felices y aprender a afrontar las adversidades de la vida. El rol de los padres es el de proveerles a sus hijos lo mejor en este camino por la vida. No deje que los miedos, las fobias o las ansiedades, sean una piedra en su andar.
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