Trastornos del Aprendizaje
- Spring Steps
- 19 oct 2020
- 3 Min. de lectura

Todos somos únicos, irremplazables, distintos, y eso nos hace maravillosos. No hay nada más lindo que un mundo lleno de colores. Y así como diferentes que somos, todos aprendemos de diversas maneras. La homogeneidad en las aulas no existe más que por la edad cronológica de sus estudiantes. Dentro de esa variedad, están los estudiantes con dificultades específicas del aprendizaje. Los estudios difieren, pero dictaminan que en un rango entre 8% y 15% de la población estudiantil cuenta con trastornos del aprendizaje.
Los trastornos del aprendizaje ocurren por una anomalía en el sistema nervioso central, y hacen referencia a la dificultad persistente y constante que presenta un estudiante para asimilar conceptos académicos. Sin embargo, se desempeña bien en otras materias o áreas del aprendizaje; esto porque los trastornos de aprendizaje no afectan la inteligencia global de ninguna persona. Lo que vemos es una discrepancia entre su edad cronológica, su capacidad intelectual y el rendimiento académico. Normalmente, estos trastornos son una de las principales causas del bajo rendimiento escolar, y se pueden apoyar al estudiante para que aprenda a manejarlos a través de terapias específicas y personalizadas.
Los trastornos del aprendizaje afectan la forma en la que se procesa la información. De tal forma, se impacta la adquisición del conocimiento, ya que lo presentado como nuevo no puede ser procesado de manera adecuada. Hasta el día de hoy no existen suficientes estudios que determinen si tales trastornos se pueden curar, por ende, no se consideran una enfermedad sino una condición. Sin embargo, las investigaciones han determinado que con la rehabilitación neurocognitiva y los ejercicios adecuados que trabajen la plasticidad cerebral, se puede llegar a aminorar el grado de afectación que tenga su trastorno del aprendizaje. Aunado a ello, en las terapias se debe trabajar el autoconocimiento para que el estudiante pueda obtener estrategias y alternativas que le colaboren con el logro del aprendizaje esperado o sus objetivos de vida.
Existen muchos tipos de trastornos del aprendizaje, los más comunes son: el déficit atencional, la dislexia, discalculia, dislalia, disortografía, dispraxia, trastorno del espectro autista y el trastorno obsesivo compulsivo. Todos ellos los podemos clasificar dos. Los primeros, los trastornos específicos verbales, o que afectan la parte verbal y lingüística. Los segundos, los trastornos específicos no verbales, que son aquellos que afectan la escritura, el cálculo y el razonamiento lógico-matemático.
Debido a que los trastornos de aprendizaje son una condición que solamente afecta una determinada área del aprendizaje, el coeficiente intelectual no se ve afectado, por lo que las personas que lo presentan cuentan con un coeficiente intelectual de normal a alto. Aunque, a veces los problemas pueden ser tan fuertes y afectar tanto el rendimiento académico del estudiante, que acarrea muchos problemas de índole emocional si no son tratados con terapias en tiempo y en forma adecuada. Los niveles de frustración se acrecientan, la motivación baja al igual que la autoestima y, sin olvidar, las dificultades que a nivel de relaciones sociales con pares o con la misma familia, pueden traer.
Recordemos, no todos aprendemos de la misma manera, pero sí todos tenemos habilidades y somos talentosos, en muchas formas y para muchas cosas. Al final, lo importante está en la construcción del propio yo desde lo que somos y nos desde lo que los otros desean que seamos. Es importante conocer a nuestros hijos, a nuestros estudiantes y partir de ahí, para construir su aprendizaje. Por ende, el proceso de enseñanza-aprendizaje debe ser dinámico, constructivo, proactivo y activo, o sea, se deben utilizar diversas metodologías para la enseñanza y, exponer a los estudiantes a una educación multisensorial para generar un aprendizaje completo que edifique a cada uno de los estudiantes como personas que son. Por otro lado, es necesario brindar las herramientas adecuadas para enfrentar su cotidianidad, es en este aspecto que desde la psicopedagogía podemos aportar pues su mundo, es nuestro mundo.
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